Historia, Extinción y Clonación de un Símbolo de Biodiversidad
El bucardo, conocido científicamente como Capra pyrenaica, es una subespecie de cabra montés que habitaba las montañas del Pirineo. Su historia está marcada por una notable población en el pasado y un dramático declive en las últimas décadas. Hecho que fatídicamente llevo a nuestra preciada y única cabra montesa a la extinción.
El Bucardo: características y hábitat
El bucardo, una subespecie distintiva de cabra montés, presentaba características físicas notables que lo diferenciaban de sus parientes cercanos. Entre sus rasgos más destacados encontrabamos el pelaje denso y lanoso, el cual veía su máximo apogeo durante los fríos inviernos de las montañas. Sus cuernos, que alcanzaban longitudes impresionantes, eran una de las particularidades más admiradas y reconocibles de esta especie.
Los bucardos eran mucho más grandes que otras cabras montés ibéricas. Las hembras podían superar los 60 kg, mientras que su peso variaba significativamente entre subespecies. Este tamaño proporcionaba cierta ventaja en su hábitat montañoso, donde los bucardos se movían con agilidad y destreza a través de terrenos escarpados
El hábitat del bucardo se situaba en las altas montañas del Pirineo, abarcando zonas que iban desde la vertiente sur hasta regiones del País Vasco, Navarra, Huesca, Lleida y Girona. Este entorno montañoso ofrecía refugio y acceso a la vegetación necesaria para su alimentación, que incluía hierbas, arbustos y otros tipos de flora de alta montaña.
Las áreas rocosas con acantilados y valles profundos eran esenciales para la supervivencia de esta especie, proporcionando esconderijos tanto del clima severo como de posibles depredadores. El bucardo se encontraba a menudo en grupos, lo que ayudaba a minimizar riesgos y facilitaba la búsqueda de alimentos. Este comportamiento social también contribuía a su éxito en un entorno tan desafiante.
El bucardo ocupaba su hábitat en varios pisos altitudinales, adaptándose a las condiciones cambiantes a lo largo del año. Este tipo de plasticidad en su distribución geográfica les permitió aprovechar diferentes micromundos, donde podían encontrar recursos variados, especialmente durante las épocas de escasez.
¿Qué diferenciaba al bucardo?
Pelaje denso y lanoso, especialmente en invierno.
Cuernos largos y prominentes, distintivos de la especie.
Movimiento ágil en terrenos montañosos y escarpados.
Hábitos alimentarios basados en vegetación local, como hierbas y arbustos.
Comportamiento social que favorecía la vida en grupo.


¿Qué llevo a la extinción al bucardo?
Con el tiempo, la acción humana y la presión en estos ecosistemas llevaron a la disminución de su hábitat natural. El encogimiento de áreas adecuadas para su desarrollo fue un factor crítico en la dramática reducción de su población. La fuerza de la naturaleza, combinada con la interacción humana, dejó su huella, cobrándose la vida del bucardo.
Historia de la población y declive del bucardo
La población de este animal emblemático comenzó a decaer a finales del siglo XIX, cuando la caza se intensificó debido a la popularidad de sus cuernos y la rareza de la especie. Durante este período, la presión cinegética se convirtió en una de las principales amenazas para su supervivencia. A medida que más cazadores se aventuraban a las montañas en busca de estos ejemplares, se documentaron descensos alarmantes en su número.
Está claro que muchas veces los factores distintivos e impresionantes de la naturaleza dan lugar a que incomprensiblemente en vez de protegerlos, los humanos busquemos destruirlos.
En 1900, el bucardo ya había desaparecido de Francia, reflejando la tendencia de extinción que ya había comenzado a manifestarse en su población. Para la década de 1970, el panorama era desolador: quedaban menos de 50 individuos en toda España, lo que resultaba insuficiente para garantizar la viabilidad genética y poblacional que permitiera su continuidad.
La situación se volvió aún más crítica en 1999, cuando se registró la muerte del último macho. Este evento simbolizó el final inminente de la subespecie. La última hembra, a la que se le dio el nombre de Celia, fue hallada muerta en enero de 2000, aparentemente como consecuencia de un accidente. La extinción no solo significó un gran golpe para la biodiversidad, sino que también dejó un vacío en el ecosistema que ocupaba en los Pirineos.
¿Cuáles son los hechos relevantes en la extinción del bucardo?
- La caza indiscriminada durante el siglo XIX.
- La extinción en Francia a principios del siglo XX.
- El número crítico era de menos de 50 individuos en los años 70.
- La muerte del último macho en 1999.
- El fallecimiento de Celia, la última hembra, en 2000.
La disminución de la población del bucardo estuvo exacerbada por la competencia por los recursos con otras especies y la pérdida de su hábitat natural. La interacción adversa con los humanos y la falta de medidas efectivas de conservación antes de su declive impactaron gravemente en su población. A pesar de los esfuerzos posteriores, la historia del bucardo se convirtió en un triste recordatorio de los efectos del comportamiento humano sobre la fauna salvaje.
Como es de costumbre, la necesidad de proteger al Bucardo se hizo visible cuando la alarma de extinción ya llevaba tiempo sonando; tarde e insuficiente, se acabó extinguiendo la especie y generando un duro golpe a la biodiversidad del Pirineo.
Esfuerzos de conservación y recuperación
A lo largo del tiempo, diversas medidas se han introducido para intentar salvar a esta emblemática subespecie de cabra montés, que ha sido víctima de la caza excesiva y la pérdida de hábitat. En este contexto, las iniciativas para preservar al bucardo incluyen desde la creación de áreas protegidas hasta programas de reproducción asistida.
Desde 1913, el reconocimiento de la especie como en peligro crítico llevó a la implementación de variadas estrategias. La prohibición de la caza se constituyó como una de las prioridades para asegurar su supervivencia. A raíz de ello, se establecieron zonas protegidas dentro de su hábitat natural en los Pirineos, donde se buscaba garantizar un refugio seguro para los pocos ejemplares que quedaban.
¿Qué medidas se llevaron a cabo para frenar la extinción del bucardo?
- Prohibición de la caza: Medida inmediata para tratar de detener la disminución de la población.
- Creación de reservas naturales: Espacios protegidos donde pudiera habitar sin la presión de la caza y la competencia con otros animales.
- Alimentación suplementaria: Durante los inviernos más severos, se proporcionó alimento a los bucardos para ayudarles a sobrevivir.
A pesar de estas medidas, la población continuó decreciendo, lo que llevó a un mayor interés por parte de los científicos en la genética y la biotecnología como alternativas para intentar revertir la situación. En los años 80, el Gobierno español impulsó estudios exhaustivos que ofrecieron nuevas perspectivas sobre la conservación de la especie.
El Proyecto LIFE, financiado por la Unión Europea en 1993, fue una de las iniciativas más ambiciosas, involucrando a diversas comunidades y administraciones locales en un intento por reintroducir el bucardo en su hábitat original. Sin embargo, los desafíos persistieron, y los esfuerzos resultaron infructuosos, reflejando la complejidad del problema.
Un enfoque adicional que se exploró fue la hibridación, en un intento de mejorar la diversidad genética mediante la introducción de machos de cabra montés hispánica. Entre 1990 y 1995, varios machos fueron liberados, pero los esfuerzos no tuvieron éxito, pues no lograron adaptarse al entorno actual de los bucardos.
Las circunstancias críticas culminaron en la muerte del último macho en 1999 y de la última hembra, Celia, en 2000. Estos eventos impactaron profundamente en la comunidad científica, quienes comenzaron a reflexionar sobre la viabilidad de la clonación como herramienta de conservación.
También hay que tener en cuenta que la Guerra Civil Española (1936-1939), tuvo un efecto más directo que indirecto en la conservación del animal. Dado que la gestión de áreas protegidas y los recursos de conservación, se relegaban a segundo o tercer plano. Y se dio un claro aumento de la caza y degradación del hábitat, que fue un gran golpe para una población ya mermada.
La clonación del bucardo
En el ámbito de la biotecnología, la clonación del bucardo representó un hito significativo. Cuando se tomó la decisión de intentar revivir a esta especie tras su extinción, se utilizó un enfoque innovador basado en el conocimiento avanzado de la genética y la célula madre. La clonación se volvió una esperanza para restablecer a un animal que había dejado una huella importante en la biodiversidad de los Pirineos.
El proceso comenzó con la obtención de células de la última hembra, conocida como Celia. Estas células fueron fundamentales, ya que proporcionaban la información genética necesaria para intentar crear un nuevo bucardo. La técnica de transferencia nuclear fue la base de este proceso. Dicha técnica consiste en incorporar el núcleo de una célula somática en un ovocito del que se había extraído previamente el núcleo. Este proceso es crucial, ya que permite crear un embrión clonado que podría llevar las características genéticas del bucardo.
En 2003, los esfuerzos culminaron en el nacimiento de un clon del bucardo. Aunque el evento fue emocionante, el animal solo vivió unos pocos minutos debido a complicaciones respiratorias relacionadas con una malformación congénita. Este desafortunado desenlace no eclipsó el avance científico que representó. La clonación del bucardo no solo marcó un intento de revivir una especie extinta, sino que también abrió un abanico de preguntas sobre las posibilidades y limitaciones de la biotecnología en la conservación de especies.
Los desafíos que se presentaron durante el proceso de clonación subrayan la complejidad de devolver a la vida a una especie extinta. A su vez, la clonación ha planteado debates éticos importantes sobre el papel del ser humano en la naturaleza y en la restauración de la biodiversidad. Este caso incita a reflexionar acerca de cómo la ciencia puede combatir la extinción y recuperar lo que se ha perdido. Hay posiciones en contra y a favor, de volver a intentar la clonación del animal. Personalmente, y siempre que se pueda realizar una clonación sin dar lugar a animales con malformaciones, nosotros nos encontramos a favor para obtener una biodiversidad más rica y diferente.